Bowl - Teardrop (Traducción)

Baja algo por tu mejilla, mientras tienes una triste sonrisa...

es una simple lágrima.

Un suspiro que ocultas detrás de ti

mientras finges ser fuerte, niebla tu cara sonriente.

Ésto se pega en mí como... el cristal roto.

Puedes alejar... el dolor de tu corazón.

Voy a salvar... tu cara siempre sonriente.

Puedes llorar ahora, porque yo siempre estaré aquí.

Porque yo ahora estoy aquí.

Sueños de un loco disparatado...

Parpadeé varias veces completamente confundido.

No lograba entender que significaba la escena que tenía delante de mis ojos: frente a mí, a unas cuantas sillas de distancia, estaba yo mirando las nubes por la ventana, ¡me estaba viendo a mí mismo!. Estaba realmente sorprendido: veía con claridad mi perfil de lado, veía mis ojos perdidos en el paisaje, veía mi actitud ajena al grupo. Y entonces presté atención: me hallaba en la USBI. Ahí estaba Liliana, sentada como siempre a mi lado comiendo su rebanada de pizza, delante Lalo, a un lado Gerardo y al otro Saúl. Distinguí a Aby y a los demás chicos que cursaban conmigo el curso. Ví claramente a mi teacher en su sillla con su habitual seriedad.

Y entonces recordé: la posada.

Sí, estaba reviendo en lo que hacía apenas unos cuantos días antes había participado. Me ví comiendo una rebanada de pizza y bebiendo soda y no pude evitar sonreír: comía como niño pequeño tratando de evitar la mirada y atención de los demás, con la cabeza baja y el semblante nervioso. De pronto, ví que mi otro yo se levantó y se dirigio a la mesa de la teacher para servirse más soda. Pude ver que entablaban una corta conversación y de repente se acercó una chica a la mesa también. Escuchaba lo que decía con mucha atención y pude distinguir su bella sonrisa cuando terminé de hablar pero, mi otro yo siempre con la cabeza abajo, ni por descuido la miró. Ella se vió algo decepcionada y regresó a su banca. Como estaba un poco lejos, quise acercarme para ver de quién se trataba. Caminé hacia su silla y, como estaba de espaldas, dí la vuelta para ver su rostro.......

-¡César con un demonio levántate!-

Abrí los ojos torpemente y ví a mi hermana con su habitual expresión de molestia. Volteé hacia el reloj: 5:43 de la mañana. Era miércoles por la mañana y recordé que estabamos en los últimos días de clase. Me levanté de la cama y entré al baño con la intención de darme una ducha. Cuando me bañaba, no pude evitar recordar el extraño sueño pero, por más que lo intenté, no pude recordar la apariencia de la extraña chica. Tampoco pude recordar a todos mis compañeros del curso de inglés. Entonces una idea vino a mi mente: ¡tal vez era una de las chicas de mi clase de bachillerato!

Terminé de ducharme y me vestí con emoción: con suerte podría recordar a la chica del sueño si veía a todas mis compañeras. Salí de mi casa con mi hermana y juntos nos dirijimos a la escuela. Traté de actuar normal como siempre y no mencioné mi extraño sueño, cosa que al parecer no había notado. Al llegar a la escuela, rápidamente me dirijí al salón de clases con el corazón latiéndome de emoción.

Cuando llegué, observé con tristeza que sólo Fermin, Roberto y unos cuantos compañeros habían llegado. Ninguna de las chicas que creía que podían ser las de mi sueño estaban ahí asi que opté por contárselo a Fermin, pero no pude. Podría inventar muchas cosas: que me distraje mucho, que no hubo tiempo, etc., pero yo sé que no tuve el valor para hacerselo saber. En el transcurso de la mañana, me entretuve con lo de siempre, los juegos de siempre. Cuando por fin tuvimos una hora libre, traté de descubrir quién era la chica que había soñado. Examiné a todas con mucha atención y rápidamente llegué a la conclusión: no había sido ninguna de ellas. Me sentí contrariado: ¿quién había podido ser?

Al terminar las clases, recordé que tenía el último exámen en la USBI (también la última clase) y que no había estudiado, así que me propuse a ir con mi amigo Palacios a estudiar allá mismo, pero se adelantó y lo perdí de vista. En el autobús me encontré con él y con Zered, incluso Omar estaba allí también, así que decidí sentarme cerca de ellos para platicar. Cuando por fin llegamos a la USBI, intenté concentrarme, pero era inútil: la duda era demasiada y necesitaba saber quién era la chica. Lo curioso era que no sentía coraje o ansiedad, sino emoción y felicidad cuando la recordaba. A los veinte minutos llegó Liliana y se quedó a estudiar con nosotros.

A las 2 en punto, nos dirijimos al aula y nos sentamos en los lugares de siempre. Poco a poco llegaron los compañeros, pero ésta vez no presté atención. Al poco tiempo llegó la teacher y nos aplicó el exámen. Cuando terminé, salí rápidamente de la USBI dado que ya no tenía que esperar a mi hermana pues ella había terminado el curso unos días antes. Estaba muy molesto porque por más que lo había intentado, no había logrado descubrir la apariencia de la chica. Intenté entonces desahogarme con mi música y busqué en mi bolsillo mi reproductor pero ¡lo había olvidado en el salón!. Como todavía estaba cerca, corrí de regreso sumamente molesto conmigo mismo y, al llegar a mi clase, me decidí recuperarlo pues sabía de antemano las conseceuncias de no hacerlo.

Abrí rápidamente la puerta y me encontré con una linda chica adentro, una compañera que había olvidado por completo. El aula estaba vacía y ella oía música con mi reproductor. De improviso levantó la vista, me vió y saltó de la silla: -Perdón, no quería robártelo claro está, solo me llamó la atención tu música-. Me le acerqué y le dije que no se preocupara, que entendía a la perfección la situación. Ella me miró a los ojos, me dedicó una preciosa y flamante sonrisa y, con un "que pases unas lindas vacaciones", se despidió para después salir de manera rápida.

Tomé lo que era mío y contemplé las nubes desde la ventana tal y como lo había hecho en mi sueño. Volví a recordarlo y de repente todó se volvió claro: era ella. Ella era la chica de mi sueño, la chica que había imaginado todo el día, la chica por la que sentía un cariño y aprecio especial, había sido ella la que me había dedicado siempre sus bellas sonriras, la que en verdad siempre estuvo allí sin que yo lo notara, la persona que, incluso en mis sueños, me cuidaba. Corrí de inmediato a buscarla pero, por más que la busqué, no la encontré.

El viernes fué el día de la posada en el bachillerato y, aunque fué entretenido, no lograba quitarme de la cabeza que no había podido hablar más con ella. Salimos mi hermana y yo de la escuela pasadas las 12 con intención de dirijirnos a casa y tomamos como siempre un autobús. Iba el autobús por el boulevar cuando, de repente, una camioneta blanca apareció justo alado de mi ventana. Volteé y no lo pude creer. Allí estaba ella.....