Y la pregunta es... ¿acaso lo que él pensaba y tanto soñaba era lo que estaba sucediendo?

Antes que nada, feliz fin de semana :3

Os pido que, antes de iniciar la lectura, iniciéis el video de abajo, que servirá como melodía para refrescar la lectura del mismo ^^

Song: Danielle Brisebois - My only

La mañana de aquel jueves transcurría tranquila y común en general. Estudiantes de todo el instituto iban por todos lados a sus clases, a desayunar, a sus prácticas de deportes, al baño, etc. Se podría decir que todos tenían alguna tarea por hacer (ya fuera trabajo, mandados o simples juegos escolares con los amigos).

Había sin embargo un muchacho sin quehacer alguno salvo pensar detenidamente en lo que veía y sentía. Por supuesto, era un muchacho joven (16 años, adolescente común), que se encontraba sentado en su silla viendo a todos entretenerse. Aunque era generalmente sociable y buscaba entretenimiento en sus descansos, esa mañana en particular se hallaba un tanto aburrido.

Sacó su móvil y se dispusó a escuchar música mientras su imaginación volaba: aquél joven amaba más que nada imaginar historias. Grandes peleas, amistades, aventuras, romances, misterios, su cabeza era todo escenarios, héroes y villanos.

La música sonaba, sonaba, sonaba y el joven, que generalmente disfrutaba gratamente sus invenciones, desistió de seguir pensando: estaba poco inspirado aquella mañana en particular. No tenía ganas de bromear o jugar, sentía una extraña mezcla de tranquilidad y aburrimiento.

Unos metros más lejos, se hallaba otra muchacha. Misma edad, misma clase. Estaba sentada tranquilamente mientras tomaba su desayuno. Al joven le llamó la atención la gracia de la chica: hasta comiendo se veía realmente hermosa.

No era la primera vez que nuestro joven amigo la veía, de hecho ya hacía casi año y medio que se habían conocido, pero esta vez él sentía algo diferente: últimamente le gustaba mirar a aquélla chica. La música seguía y seguía y nuestro joven amigo empezaba a disfrutar el verla tan tranquila.

Como si sintiera la penetrante mirada del joven, la chica volteó y lo miró directamente a los ojos: una mirada profunda, llena de vida. El joven, en primera instancía, sonrió, volteó a varios lados la cabeza, y luego saludó. Era una escena realmente patética y, aun así, tierna. La chica respondio con gentileza y amabilidad al saludo de nuestro amigo y le devolvió una bella sonrisa. El chico, nervioso de cabeza a pies y moviendo los dedos dentro de sus zapatos, sonrió ridículamente e hizo ademán de levantarse.

Así lo hizo la chica también y, tras soltar un dulce y vago "Ahorita nos vemos", salió del salón para ir tras sus amigos. Nuestro joven amigo, en vez de levantarse, se acomodó en su asiento y sonrió para sí mismo.

Hacía mucho que no experimentaba aquéllas sensaciones de emoción y nerviosismo, asi que empezaba a sentirse ansioso. Cambió de canción hasta llegar a su favorita y, con emoción, ideó un título para su nueva historia: "Aquel jóven que se enamoró mientras estaba distraído y vió a una linda chica comer".