Ilusiones y sueños en la torre del paraíso

Hace ya algunos meses,
sentí que me gustabas.
Me tomó poco tiempo,
no perdía nada en aquel momento.

Empecé entonces, sin que supieras, a escribirte:
cuentos, poemas, frases y versos.
Quería que algún día supieras y sintieras
todas mis ilusiones, penas y sueños.

De lo primero que me dí cuenta,
es que parecías siempre estar triste.
Y desee hallar la forma
de hacerte reír con algún chiste.

Pero apenas te miraba, callaba:
era como si mis ideas se borraran.
Sonreía como idiota y me volteaba,
mientras me decía a mi mismo palabrotas.

Han pasado ya varios meses,
han sido ya muchas semanas.
Sigo sin poder hablarte de frente,
sigo sin poder contarte lo que mi corazón siente.

Y me desespero por dentro,
me duele no serte honesto.
Y es que no puedo entender cómo puedo actuar tan normal frente a mis amigos,
pero contigo no paso de personaje de relleno.

No tienes idea de cuánto te quiero,
no tienes idea de cuánto te pienso.
Y me pierdo en dudas y pensamientos...
me pierdo en el miedo de lo que siento.

Y aun con todo este remolino de sentimientos,
me he propuesto a seguir adelante.
Algún día me tendrás enfrente.
Algún día pronunciaré tu nombre lenta y cariñosamente.

Sé que no será pronto,
sé que falta mucho.
Sé que amaras a otros,
sé que me verás poco.

Pero no tengo planeado alejarme,
más bien quiero acompañarte.
En silencio y a un lado,
pero siempre velando por tu mirada.

Sé que sospechas que te quiero,
sé que lo piensas.
Pero no afirmaré nada...
hasta que yo mismo lo diga frente a tu cara.