MerryGoRound

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sábado, 16 de octubre de 2010

Una carta de amor


Querida:
Ya ha pasado algo de tiempo desde que te subiste a aquél avión con destino a Tokyo. Recuerdo que me dijiste que tardarías un poco, pero ¡vaya que ese poco es mucho! Por aquí las cosas han cambiado un poco, asi que me gustaría contarte lo que ha pasado.

¿Recuerdas que tu madre y yo nos llevabámos muy mal? Yo todavía recuerdo el día de nuestra boda, cuando bailamos en medio de la pista: ambos rígidos y con sonrisas simples por cortesía. Pero, ¡adivina! Ahora nos llevamos de maravilla. Viene a visitarme cada tercer día, y he descubierto que tenemos mucho en común: ambos odiamos las filas para entrar al cine, los autobuses llenos de gente maloliente, y nos encanta ver tu album de fotografías de pequeña (por cierto, vaya listones que usabas, me gustó mucho el rojo).

Aquí en la casa, ahora soy más responsable. Como ya no estás  por aquí para hacer todo, ahora yo lavo, plancho, cocino, y baño a Puchi. Debo advertirte que el canijo perro está descontrolado: ¡ya me he comprado 3 pares de pantuflas! Aun así, he comprobado que es muy cariñoso: lo saco a pasear antes de ir al trabajo, jugamos un rato por las noches, e incluso lo he dejado dormir en la habitación (ya sabes, para hacernos compañía). Aunque es un cachorrillo lleno de energía, acaba tan cansado, que se duerme rapidito, y ni ruido hace.

En fin, te contaba que ahora lavo, cocino y plancho. ¡Vaya que es un cambio para mí! Recuerdo que mamá siempre me dijo: "Aprende a hacerlo, no vaya a ser que algún día tu esposa no esté en el momento en que necesites una camisa, y te quedes como menso sin hacer nada". Sí aprendí a hacerlo de joven, pero nunca lo hice con la verdadera intención de aprenderlo para cuando fuera mayor y se necesitara. Ahora he tenido que empezar de nuevo, como si fuera niño chiquito. Mi hermana también me ha ayudado. Lo primero que quise planchar fueron algunos vestidos que habías dejado, pero debo admitirte que casi quemo el primero que toqué. Le llamé a Mónica y, después de burlarse un poco de mi ineptitud (es Mónica después de todo), me hizo el favor de mostrarme cómo se planchaban algunas prendas. Gracias a eso sobrevivo jejeje.

¿Qué crees?
Ayer terminó tu telenovela: la que pasaba a las 6. Como te gustaba tanto, me prometí terminarla (a mi hermana también le causó gracia). Todavía recuerdo cuando repetías las frases de la villana, para luego decir con rudeza: "¡Ojalá se muera al final la maldita!". Pues sí, pasó como querías: la villana murió en un accidente automovilístico. A pesar de las escenas tan exageradas, sé que te hubiera encantado: eras telenovelera de corazón.

Por cierto, ha estado lloviendo mucho por acá. Espero que por allá todo esté bien (y que tú estés bien, ya sabes lo que pienso acerca de la lluvia). A veces salgo a la terraza por la noche, cuando ya paró de llover. ¿Te acuerdas que nos gustaba ver la luna llena? No me la he perdido ni una sola vez. Sé que tu tampoco lo haces allá.

En fin, debo irme ya. El cementerio cierra temprano, y no me dejarán ponerte flores si llego ya al anochecer. Espero no esté tan lleno como la última vez.

Te preguntarás por qué te escribí antes de ir a visitarte, pero ni yo mismo puedo decirte porqué lo hago. Simplemente me gusta pensar que me entiendes mejor si te escribo. Tal vez quiero que hoy sea diferente, despues de todo... hoy celebraríamos 3 años de casados.

Atte: César.

3 comentarios:

  1. O.o
    Parece qee me qeriias qastigar x' todas las qee t habia hechoo TT.TT
    Esta muy triste!!! Y luego esta maldita musiiqa DIOOS"

    Me iree a qortar las venaas :/
    Atte: puees yo.

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  2. Condeee!! alaaaa un poco maas & me aze lloraar! Condeee pqq! es tan tristee!! u.u azzuu azuu, la vdd si me llego, ameee esaa cartaaa, la guardaree & la pegareee en mi cuarto ^^, :D

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