-Me gustaría hablarte, ya sabes, unos cuantos minutos a solas, ¿te parece?
-Esto... -ella desvió la mirada y, después de bajarla, contestó- Bueno.
Hojas de aquel frío otoño se atravesaban en el camino. Los árboles seguían el camino del viento con gran fuerza. Era apenas noviembre, y ya se podía ver a la gente con grandes chaquetas, bufandas y guantes. El jardín de la preparatoria lucía un tanto triste, como si recordara sus glorias y belleza que lograba durante la primavera. Las personas alrededor, caminaban con prisa, cada uno con sus propios pensamientos, cada uno con vida propia. Y en medio de todo esto, ambos caminaban uno al lado del otro: él estaba callado, pensativo. Ella había abandonado su expresión de nerviosismo, y había adquirido una mirada diferente. Una mirada curiosa, si se ha de decir. Una que expresaba desición y lástima al mismo tiempo.
Él la guió a través de los amplios corredores, y le condujo hasta el árbol más alejado de la escuela. Le dió la espalda por unos segundos y movió los dedos de cada mano con ansiedad. Ella se recargó en el árbol. Sabía lo que estaba a punto de suceder, y tenía lista una respuesta. Por fin él se dió la vuelta y levantó la mirada. Frente a frente, ambos perdieron el sentido de la realidad. Él olvidó lo ensayado, ella olvidó lo planeado.
-Bueno, hola -avanzó dos pasos hacia ella.
-....-.
-Yo... hacía tiempo que quería hablarte, ¿sabes?.
-...-.
Empezaba a sentirse ignorado. Miró entonces el cielo, dejando por una fracción de segundo este mundo. ¿Cómo hacerle entender? ¿Cómo transmitirle lo que sentía?
-¿Sabes? No tengo ni la menor idea de cómo hacer esto -dijo mientras se rascaba su cabeza con una risilla nerviosa.
Ella le dedicó una mirada curiosa. Por un instante, tan sólo un instante, a él le pareció que su semblante se había tornado menos frío. Él suspiró. Habiendo empezado ya, tendría que acabarlo.
-Esto... yo... tú... ¿hace frío, verdad? -inquirió fingiendo un escalofrío.
Ella se dió la vuelta con una mueca de fastidio, decidida a irse. Tras dar la espalda por completo, inició el camino de vuelta. Él se recargó en el árbol y la vió irse.
"Estúpido, cobarde, imbécil. ¿Hasta cuándo vas a verla por detrás?" Su corazón palpitaba de manera aun más acelerada de lo normal. Su cabeza daba vueltas, y se sintió marear. Empezó a moverse. Primero caminando, luego trotando, acabó corriendo. Cuando estuvo justo detrás de ella, le tomó la muñeca y le hizo darse la vuelta.
-Lo único que puedo decirte, es que no quiero que te vayas.
Ella miró atentamente sus ojos, buscando alguna pista de falsedad o mentira. Empezó a forcejear para soltarse.
-Si te vas de nuevo, ten por seguro que te detendré de nuevo.
Ella dejó de oponer resistencia.
-Hace algún tiempo, conocí a una chica de la que me enamoré profundamente. No puedo mentirte: no recuerdo la primera vez que la ví, o la primera vez que me dedicó una sonrisa. No puedo recordar en qué momento me enamoró de esta manera. Estoy aquí, porque esa chica cada vez se aleja mucho más de mi lado, pero lo hace porque no sabe lo que siento. Se aleja porque cuando busca alguna palabra, alguna expresión, alguna frase en mí persona, se encuentra con la sombra de lo que soy. Una pobre imitación deteriorada por el miedo y la inseguridad. Estoy aquí, porque mi corazón me grita a cada instante que le grite lo que sé, siento. Estoy aquí porque, incluso ahora, cuando estaba a punto de irse, cuando una parte de mi cerebro me dijo "Rindete", otra, mucho más cálida, me dijo "Ve tras ella". Estoy aquí porque tengo que estarlo... porque le quiero tanto, que me resulta doloroso sentir tantas cosas solo.
Con extrema delicadeza, le tomó ambas manos. Las apretó un poco, le sonrió otro poco.
-No espero que me entiendas, tampoco que me aceptes. Sólo escúchame. La razón por la que te traje aquí es para decirte lo que siento. Para decirte que te quiero. Para decirte que me he enamorado perdidamente de tí, para decirte que me he convertido en un completo imbécil. Un imbécil dependiente de este extraño amor, dependiente de ese sentimiento totalmente nuevo. Un sentimiento totalmente diferente al de un abrazo, o un beso. Un sentimiento aun más intenso. Estoy aquí, por que se está volviendo cada vez más insoportable que no lo sepas. Porque quiero que me entiendas, quiero que lo veas: aquel sentimiento oculto. Oculto debido al miedo de no ser correspondido. Oculto por no saber si en algún momento tendrá respuesta.
Una fuerte brisa de viento movió su larga cabellera y su amarillo listón. Aun así, ella no se movió. Estaba congelada. Su mirada era sincera, sus pensamientos borrosos. Nunca antes él la había visto así. Se sintió aun más feliz. Se sintió seguro. Continuó. Se aproximó aun más, y antes de que ella se diera cuenta, él la abrazó con fuerza, como sólo una vez la había abrazado, tiempo atrás. Le habló en voz baja, pero llena de emoción.
-Incluso ahora, teniéndote tan cerca, no te pido que me quieras. Lo único que deseaba era que supieras esto. Lo único que me queda ahora por decir, es una palabra que engloba todo lo que siento: "Gracias". Gracias por ser lo que eres, por hacerme lo que soy, por hacerme alguien más sincero. Gracias por hacerme más poeta, por hacerme escritor, por hacerme madurar un poco. Lo que sea que en este momento soy, te lo debo a tí, a la inspiración que sin saber... me diste.
La soltó y, tras darle un beso en la mejilla, se alejó de ella. Cuando ella volteo para verlo partir, se percató de que él se limpiaba las lágrimas con su brazo. Ella se tocó su rostro. Ella también lloraba.
Habiendo llegado a la puerta principal, él sacó su móvil. Buscó entre nombres, álbumes, sentimientos, recuerdos. Cuando hubo escogido su canción predilecta, se dirigió a la calle. Caminó por la banqueta, y tarareó la melodía. El viento seguía siendo frío, pero por dentro él se sentía tan cálido como aquel niño cobijado dentro de su casa, frente a una caliente chimenea.
muy bien, esta te quedo de 10!!!
ResponderEliminarsabes que asi pasa
uno siempre tiene miedo a decir las cosas
pero hay que ser valientes
y atreverse a decirlas
cuando se dicen hay una tranquilidad por dentro
-__-
ya se qien es... o al menos eso creo, qedo mui bn conde, cosas asii siempre pasan, pero al final se siente mui mui bien, te qitas un gran peso de encima & espero conde un dia puedas azerlo & para ese diaa te deseoo la mejor suerte del mundo -& mmucho mucho valor! ANIMO!! :DD
ResponderEliminar