Diciembre ha sido difícil. Nublado, cambiante, frío: muy difícil. Fueron varios los días en que me pregunté si lo que era, lo que hacía o lo que pensaba era correcto, o si al menos valía la pena luchar por ello. Diciembre ha sido muy difícil.
En uno de tantos días terminé llorando sin llegar siquiera a mediodía. Lloré, dudé y reclamé. Reclamé por aquellos que tanto amo, pero que muchas veces no he podido ayudar. Reclamé al cielo explicaciones, pero en ese momento se negó a verme. Repito: Diciembre ha sido difícil.
Hace poco desperté sin ánimo de seguir siendo estudiante, sin ganas de salir a la calle a defender lo que creo: sin deseos de ser yo. La gente habló y habló, el tiempo corrió y corrió, pero mi cabeza jamás prestó atención. Los rostros de cientos de órdenes, dichos y consejos me hablaron desde el espejo y tuve miedo. Bajé la cabeza durante horas y me regañé por no ser más fuerte. ¿No me escucharon? Diciembre ha sido muy difícil.
A veces me pregunto si ella lo resolvería todo. Si alguno de sus besos podría hacerme olvidar mis penas y no dejar pasar más tiempo. Suelo hablar conmigo mismo, escondiéndome del espejo de los 900 rostros, y me pregunto, sin recibir respuesta alguna, si sería bueno siquiera hacerle saber a alguien mi profunda pena. Jamás he respondido sí a eso, mucho menos ahora. Diciembre se tornó mucho, mucho más difícil.
Mis familiares y amigos me dieron vino y la sociedad me dijo "adiós, no hay tiempo para despedirte si decides irte". Y entre presentaciones y falsas despedidas, mi alma y mi fortaleza se quedaron congeladas sin haber tomado algún vuelo. Que frío, este Diciembre me ha dejado mucho frío.
No hay esperanza, respuestas no he ya de hallar. Seguiré vagando mientras hablo con la boca y pienso sin corazón. Me dejaré llevar por la ética humana y dejaré atrás mi único sueño, "ser sumamente feliz y llegar a ser un arrugado anciano con mucho que contar". Eso me dije ayer, en medio de este doloroso Diciembre, uno de los más difíciles.
Hoy hablé con Dios. Habló a través de mi abuela y me hizo ver que este diciembre es, por mucho, uno de los más difíciles que he de vivir. Y mientras me acercaba a ella y esperaba a que lo resolviera todo con besos y abrazos, ella se limitó a hablar, hablar y hablar. Y entonces, sólo entonces, me detuve a escuchar. Y no escuche perfección, como creía debía ser. Escuche problemas, sentimientos, aspiraciones, emociones y peticiones. Me detuve a pensar en cómo hacerle sonreír. Me miró entonces a los ojos y me dijo que sí.
Regresé después a la calle, ese campo de guerra disfrazado de utopía en el que tengo que aprender a vivir. Tomé lo que había aprendido, lo deposité en una canción, caminé un rato hacia el este y lloré y tarareé sin prestar atención. Caminé sin mi suéter, sonriendo mientras dejaba atrás tanta pena por mí mismo y entendía que el destino, mí destino, me esperaba impaciente, mientras leía a muchos un cuento para dormir. Espera que, siendo feliz, vulnerable o triste, entienda que la batalla más compleja no ha sido peleada aún. Desconozco siquiera si va a ser iniciada ya. El tiempo me dará respuestas, pero yo he de sufrir y luchar por muchas otras.
Sonriendo, pensando en todos ustedes, me detuve en una esquina y me dije:
"Vaya que este Diciembre ha sido difícil, mucho muy difícil... pero lo he vivido con ustedes..."
:D en verdad me dejo mucho en k pensar... graciass
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